miércoles, 18 de marzo de 2015

17315


   No sé qué decir.
   No sé qué hacer. Ni qué pensar.
   Si pienso, directamente me vuelvo loca.
   Y pensando y pensando, me doy cuenta que desde hacía mucho antes de que le pasara ya lo sabía.
   Es curioso lo insignificante que es todo, algo tan valioso como es una vida se marcha así sin más, como si no valiese nada, como si se tratase de cualquier tontería.
   Y lo único que te queda es esa media sonrisa dibujada en su rostro.
   Esa paz, esa gratitud.
  Ese vacío interior y esa melancolía que se ahoga con el paso del tiempo, pero que ahí seguirá siempre.
   Y te preguntas por qué ha tenido que ser todo tan pronto.
   Y si te echará de menos.
   Y si volverás a verle sabiendo perfectamente la respuesta.
   Y también si se acordó de ti sabiendo que no os volveríais a ver.
   Si se acordó de todo mientras sucedía.
   Mientras dormía.
   Mientras soñaba.
   Mientras sonreía.
   A las cinco de la mañana.

T.

viernes, 13 de marzo de 2015

Ego.


   Propongo un brindis por todas esas tardes que nos hemos pasado discutiendo por los mismos temas de siempre. Por esas tardes en las que me gritabas palabras hirientes con la estúpida esperanza de que eso pueda hacer que yo llegue a pensar como tú.
    Siento decirte con una sonrisa que te toca joderte, que jamás he pensado ni voy a pensar como tú, no soy tú. Soy yo.
   Estoy harta de que quieras inculcarme una forma de vivir según tu criterio sin tener en cuenta lo que yo pueda pensar al respecto. La verdad es que no sé por qué te sigues esforzando en ello cuando tendrías que tener más que asumido que nunca lo lograrás. 
    Te jode que no sea como tú. Lo sé.
    Te jode que quiera hacer cosas que no crees correctas.
   Incluso creo que acertaría si dijese que tienes un par de adjetivos para mí no muy halagadores. Lo gracioso de todo esto es que eso no me importa.
    Puede que creas que vaya a cambiar de forma de pensar, mientras creas. He esperado mucho, y esperaré este poco tiempo que queda para poder hacer y deshacer. Para poder respirar. Para poder volar.
    Dime todo lo que quieras, grita, patalea, rompe. 
   Mi vida es mi vida y la voy a vivir según mi criterio, que te guste a ti o no es problema tuyo, no mío.
   ¿Y si me equivoco? Aprendo.

  Hasta entonces tendré esperando unos zapatos en la puerta.
T.